Soy Licenciada en Psicología Clínica, egresada y becaria de la Universidad Rafael Landívar. Esta etapa marcó profundamente mi compromiso con la salud mental, brindándome una base ética, académica y humana desde la cual he continuado construyendo mi práctica profesional con dedicación y formación constante.
A lo largo de mi camino, he complementado mi formación con estudios que me han permitido fortalecer y diversificar mi abordaje clínico. Cuento con un Diplomado en Tanatologoterapia, donde abordé el sentido del dolor desde la logoterapia, así como con el curso de Técnicas de Intervención en Psicología Clínica, enfocado en estrategias prácticas para el acompañamiento terapéutico. También he tomado cursos centrados en el desarrollo de habilidades para el manejo del duelo, el abordaje de la violencia, la prevención del suicidio y la psicoterapia gestáltica.
Mi formación incluye recursos aplicados a contextos grupales y comunitarios, como la lúdica emocional, la gamificación como herramienta psicoeducativa, y el trabajo con grupos de apoyo para mujeres en situación de violencia, herramientas que integro en talleres, procesos grupales y espacios de intervención comunitaria.
Desde un enfoque social y educativo, me he capacitado en temas como salud mental comunitaria, equidad y derechos humanos, y educación emocional basada en inteligencias múltiples, entendiendo que el contexto tiene un papel clave en la salud psicológica individual y colectiva.
Además, he desarrollado habilidades complementarias en áreas como el entrenamiento mental en el deporte y la comunicación en inglés (nivel intermedio), fortaleciendo mi capacidad de adaptación y conexión con diferentes públicos.
Actualmente, continúo en formación con una Certificación en Terapia Cognitivo-Conductual, que me permite integrar estructuras basadas en evidencia al trabajo clínico, así como en un proceso de estudio de art therapy enfocado en el desarrollo personal a través del color, una herramienta que profundiza la conexión entre emoción, cuerpo y creatividad.
Creo firmemente que formarse de manera continua no solo amplía el conocimiento técnico, sino que también fortalece el compromiso ético y humano con cada persona que decide iniciar su proceso terapéutico.